Diabesidad: Diabetes y obesidad. Por qué las medicinas empeoran las cosas

Publicado el 19 de Diciembre de 2009 por Felix Larocca



En el 2008 un estudio extraordinario se publicó en el prestigioso The New England Journal of Medicine, bajo el título del estudio ACCORD, constituyendo la más profunda expresión del porqué los tratamientos convencionales para la diabetes no dan resultados.
En la investigación, 10,000 pacientes con diabetes fueron asignados a recibir terapia regular intensiva para reducir la glicemia.

Los pacientes fueron monitoreados para estimar los riesgos que tenían de sufrir ataques al corazón, trastornos cerebro vasculares y muerte prematura.

Sorprendentemente, los pacientes cuyos niveles de azúcar fueron reducidos tuvieron los índices de mortalidad más elevados.

¿Cómo puede la reducción del azúcar incrementar los riesgos de muerte, si el azúcar elevado es la causa de la diabetes?

El estudio tuvo que interrumpirse después de tres años y medio, cuando era evidente que la reducción agresiva de los niveles de glucosa sanguínea estaba causando más ataques cardíacos y más muertes.

La razón por la que la reducción del azúcar era dañina es la siguiente.
La elevación del azúcar no es más que un síntoma de procesos metabólicos que están desequilibrados, y, bajando los niveles de glucosa con medicinas no hace nada para remediar las causas por su elevación.
Esto puede que suene sorprendente, pero muchos de los métodos que se usan para bajar el azúcar como son las drogas hipoglicémicas y la insulina, pueden empeorarlo todo, porque, paradójicamente, incrementan los niveles de insulina.
La diabetes II es una enfermedad de demasiado, no de muy poca, insulina.
Éste es el mayor problema con la diabesidad, lo que hay que tratar son las causas que provocan el aumento de la glucosa sanguínea y la insulina, en primer lugar.
Y, la causa es: la resistencia a la insulina.
La resistencia a la insulina ocurre cuando la dieta está repleta de calorías vacías y contiene una abundancia de azúcares de absorción rápida, calorías liquidas, y carbohidratos en exceso.
Cuando esto sucede, las células se vuelven resistentes a los efectos de la insulina.
El organismo requiere más y más insulina para mantener la glicemia en equilibrio.
De esa manera se desarrolla la resistencia a la insulina.
Los niveles elevados de insulina son el primer signo de un problema mayor.
Mientras más altos los niveles de insulina, peor la resistencia a la misma.
Como resultado, el cuerpo comienza a deteriorarse y a envejecer prematuramente, haciendo que el organismo se vuelva más susceptible a enfermedades del corazón, trastornos cerebro vasculares, demencia y cáncer.
A medida que los niveles de insulina aumentan, el apetito se descontrola, aumentando los depósitos grasos alrededor del vientre, produciendo más estreses inflamatorios y oxidantes, incluyendo hipertensión arterial, elevación de los lípidos, aumentos de peso, aumento de la viscosidad de la sangre, incremento, del riesgo y aparición, de ciertos cánceres, Alzheimer y depresión.
Esos son resultados de la resistencia a la insulina y de demasiada insulina.
La elevación del azúcar de la sangre no es la causa de este problema.
Comprender estos conceptos es de mucha importancia, porque es el meollo de nuestro entendimiento de la diabesidad.
La diabesidad es un continuo que se extiende de la salud óptima hasta la enfermedad en toda la extensión de la palabra.
En cuanto respecta a diabesidad, la mayoría de los médicos solamente monitorean la glucosa sanguínea, que, actualmente, se eleva muy tarde en el proceso de la enfermedad.
En realidad, el camino hacia la diabetes comienza en la niñez.
Por esa razón tenemos una epidemia de diabetes II en niños, como también la tenemos en adultos.
La resistencia a la insulina y la diabesidad se acompañan por:
· Obesidad abdominal
· Fatiga después de las comidas
· Ansias de comer azúcar
· Triglicéridos elevados
· HDL bajo
· Hipertensión arterial
· Problemas con la coagulación de la sangre
· Aumento de procesos inflamatorios
Esos indicadores pueden ser, a menudo, detectados, mucho antes de que la diabetes se establezca.
Lo que nos deja con muchas cuestiones que tenemos que resolver acerca de problemas serios para la salud que, pocos parecen reconocer.
Mientras esperamos, sigamos combatiendo la causa de tantos malestares: la obesidad, y su causa: los fast food.
¡Por la salud física y emocional!