La blastocistosis es una enteroparasitosis cosmopolita producida por el protozoo Blastocystis hominis,descrito en 1912 por Brumpt vy que se localiza en el intestino grueso.
Diversos estudios biológicos sobre B hominis efectuados por Zierdt en las décadas de los 70 y 80 permitieron reformular la importancia clínica de este agente infeccioso.
Ha sido encontrado en personas de ambos sexos y de todos los grupos de edad, siendo considerado el protozoo intestinal más común en el mundo, con una prevalencia cercana al 50% en los países en vías de desarrollo.
El ciclo biológico del parásito comienza con la ingestión de sus quistes -vehiculizados en agua o frutas y verduras contaminadas- los cuales dan origen a formas vacuoladas que se localizan en el espesor de la capa superficial de la mucosa del colon para después formar nuevos quistes que constituyen el estadio infectante del B hominis1.
Los individuos infectados por B hominis pueden ser asintomáticos o sintomáticos. Los síntomas que habitualmente se atribuyen al B hominis son inespecíficos e incluyen diarrea persistente y enteritis que pueden producir hemorragia. La infección por B hominis ha sido observada en pacientes con inmunidad disminuida, o en aquellos que presentan el síndrome de inmunodeficiencia adquirida1,3.
El principal y el más común tratamiento de la blastocistosis es el metronidazol, en dosis de 250-750 mg diarios, según el peso del paciente, tres veces al día, durante 5-10 días4. También se ha utilizado la nitazoxanida, medicamento no disponible en Chile5. La terapia sólo debe administrarse a pacientes con sintomatología persistente, no bien explicada, después de una cuidadosa evaluación clínica y un completo descarte de otras eventuales etiologías1.
El examen coproparasitológico es muy importante para el diagnóstico de la infección por B hominis. En Chile, el informe que recibe el médico tratante dice: «se observaron formas vacuoladas de Blastocystis hominis».
Mediante encuestas coproparasitológicas se ha logrado comprobar la infección por B hominis en 31 países, en Europa (Suecia, Inglaterra, España, Francia, Italia y Alemania), Asia (Jordania, Turquía, India, Nepal, Tailandia, China y Japón), Africa (Egipto, Nigeria, Zaire y Tanzania), Oceanía (Australia y Nueva Guinea), América (Canadá, Estados Unidos, México, Cuba, Honduras, Venezuela, Ecuador, Paraguay, Brasil, Perú, Argentina y Chile)1,3.
En Chile se han encontrado tasas de prevalencia que varían entre 41,3% y 62,3%6.
La prevención de la blastocistosis debe basarse en acciones de educación sanitaria -tanto a nivel familiar, establecimientos de enseñanza, agrupaciones comunitarias, religiosas, deportivas y otras instituciones- y adecuado saneamiento ambiental. La buena calidad del agua potable es fundamental.
Tomado de:
Rubén Mercado P (PhD) y Hugo Schenone F.
Laboratorio Básico-Clínico de Parasitología, ICBM
Facultad de Medicina, Universidad de Chile.
Tomado de:
Rubén Mercado P (PhD) y Hugo Schenone F.
Laboratorio Básico-Clínico de Parasitología, ICBM
Facultad de Medicina, Universidad de Chile.
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