El cáncer cervicouterino (CaCu) es una alteración celular que se origina en el epitelio del cuello del útero y que se manifiesta inicialmente a través de lesiones precursoras, habitualmente de lenta y progresiva evolución en el tiempo, que se suceden generalmente en estadios. En grado variable evolucionan a displasia severa cuando compromete sólo al epitelio superficial y luego a cáncer invasor, cuando el compromiso traspasa la membrana basal.
La Organización Mundial de la Salud (OMS)(1)reconoce varios tipos histológicos, siendo dos los principales de cáncer invasor:
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Carcinoma de células escamosas (que constituye cerca del 80-85% de todos los casos)
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Adenocarcinoma (que constituye cerca del 10-12% de todos los casos)
Casi el 100% de los tumores indicados(2) están relacionados con el virus papiloma humano (VPH) de alto riesgo oncogénico (sobre todo VPH 16 y 18). Todos presentan las mismas características clínicas y los mismos factores de riesgo, pero los adenocarcinomas, carcinomas adenoescamosos y neuroendocrinos se detectan peor en los análisis de rutina, por lo que suelen encontrarse en fases más avanzadas.
A nivel mundial el cáncer de cuello uterino es el cuarto tipo de cáncer más común en las mujeres, y el séptimo en general, con un estimado de 528.000 nuevos casos en el mundo en 2012. Una gran mayoría (alrededor del 85%) de la carga mundial se produce en las regiones menos desarrolladas, donde representa casi el 12% de todos los cánceres femeninosi
Según datos de GLOBOCAN, durante 2012, hubo cerca de 266.000 muertes por cáncer cervical en todo el mundo, representando el 7,5% de todas las muertes por cáncer femenino. Casi nueve de cada diez (87%) muertes por cáncer cervical se producen en las regiones menos desarrolladas.
En Chile la incidencia estimada Chile 2003 – 2007 de cáncer cervicouterino es de 14,6 por 100 mil habitantes, cerca de 1.279 casos nuevos por año, ocupando el 4o lugar después de mama, piel no melanoma y vesícula. En cuanto a la mortalidad, el año 2012, fallecieron por esta enfermedad, 584 mujeres, con una tasa de mortalidad ajustada de 5,58 por 100 mil mujeres. El año 1990 la tasa ajustada alcanzó a 14, 34 y el 2012 a 5,58 por 100 mil mujeres, que se traduce en una disminución del 67.28%, en la tasa de mortalidad entre los años 1990 -2012.